Entrevista a un ceramista… así es, hace tiempo que no hacía un post entrevista y hace tiempo, que tenía esta entrevista pendiente… hoy era el día.
Sabes que periodista, no soy… (ni pretendo serlo) que soy asesora de decoración… pero de forma humilde, quiero dar voz a aquellas profesiones, que son necesarias para la decoración de interiores y que por desgracia, cada vez más, están en el olvido.
Y la de ceramista, es una de ellas.
La cerámica, es un arte que me encanta, por algún motivo que desconozco, desde niña siempre me han encantado las figuras de cerámica.
Recuerdo anécdotas con ella, por ejemplo de niña, cuando mi tío Ángel me regaló un búcaro y un cerdito pequeño de barro… o cuando en una promoción de magdalenas, por no sé cuántos paquetes, te regalaban un bote para la cocina… no te puedes ni imaginar la de magdalenas que comí, por coleccionar todos los botes… cuando yo ni cocina tenía… que era una niña…
O cuando, también de pequeña, por entretenimiento, juego de niños, modelé piezas de barro… quién no de pequeño, ha hecho esto?
Qué sensación más gratificante sentir, el barro entre las manos y que después de ahí, de tu modelado, de tu intención, de tu imaginación, nace una pieza tuya… sea mejor o peor… que sirva o no sirva… pero es tuya.
El barro es la capacidad de crear desde la nada… es la capacidad, humana, de una idea, trabajarla, sentirla… hacerla realidad… capacidad de manifestación.
Qué maravilla…
Y digo bien barro…
Primero la pieza se modela en barro… son unas mezclas de arcillas, si se quiere así, se deja secar y obtienes una pieza de barro, de alfarería y si no, se hornea a muchísima temperatura y se crea la maravillosa cerámica.
La profesión de alfarero – ceramista, una de las más antiguas
Así es, la profesión o la alfarería, simplemente, nació en el neolítico con la necesidad de encontrar recipientes para almacenar las cosechas.
El ser humano siempre fue inteligente… (he tenido la necesidad imperiosa de decir esto, porque así es).
El alfarero o ceramista, tiene una sensibilidad especial, tiene unos sentimientos nobles, capaz de transformarlos en nobles piezas. Tiene un don maravilloso y divino, porque con sus gestos manuales, con la yema de sus dedos, con sus nudillos… dota de forma a lo que algunos pueden hundirse en él (el barro).
Ser ceramista o alfarero, es todo un honor que Dios, el Universo, le dio a quien lo sea.
Las piezas de alfarería o cerámica, son simplemente arcillas, de diversos colores que por la cohesión de sus átomos, al compartir sus electrones y protones (una vez más la energía del Universo) se endurece y se producen estas piezas tan bellísimas.
Esta sería la explicación, breve, científica.
Pero no confundas cerámica con porcelana. No tiene nada que ver. La porcelana fue inventada en china y es bajo una fórmula Magistral, que ellos, el secreto, solo conocen.
Las porcelanas que aquí usamos, si no son chinas, la fórmula es parecida… pero no es la original.
No es hoy el tema de la porcelana, pero quise aclararlo.
Ah, se me quedó una anécdota por contar…
No solo figuras, modelar… sino también, pintar… así es, guardo una anécdota muy hermosa respecto a la pintura en cerámica. Y que quizás… bueno, quita lo de quizás… rectifico, es la anécdota que da pie a este post, entrevista a un ceramista.
Tengo la suerte de que, también de niña, viví la experiencia de poder ver de cerca cerámica pintada a mano, de la mano (valga la redundancia) de mi tío José María.
Y yo no sé si es porque desde pequeña, valoro tanto las cosas hechas a mano, pero es indescriptible la sensación de ver algo así… no por ego de decir esto es único y no lo tiene nadie… si no por decir esto es único y ha salido de alguien.
Ahí está, lo de la inteligencia que dije antes. Es impresionante ver la capacidad del ser humano en… crear.
Es muy hermoso ver una pieza de cerámica pintada a mano, cada trazo, cada pincelada rebosa paciencia y arte, al mismo tiempo que seguridad y confianza. Y digo esto, porque la pintura en cerámica no hay lugar al error… lo que se pinta ahí se queda. No se puede rectificar con goma, como cuando dibujas a lápiz.
Y mi tío José María, el entrevistado, tenía o tiene, por qué no, una capacidad de pintar extremadamente original… algunas de sus pinturas parecían de éstas de gran valor patrimonial, que te encuentras en pirámides y jeroglíficos egipcios…
Parecían realizados por alguien de otra cultura… Después al finalizar el post y después de la entrevista, que te recomiendo que no te pierdas, mostraré alguna pieza pintada por él, aunque ese tipo o estilo de pintura no sea el que se va a exponer en este post, por falta de ellas.
No voy a ser yo quien desvele mucho más de su arte… No. Mejor lo vemos en la entrevista.
Solo decir que tengo la impresión que con esta entrevista, aunque sea a pocas personas, a quien le lleguen, rendirá homenaje a todos esos seres que algún día pusieron sus ojos y después sus manos, en una pieza de alfarería, ya sea cocida o sin cocer… ya sea por admiración o por profesión…
Porque esas personas que aman el arte, aman lo bello… aman las cosas simples, pero hermosas de la vida, han de ser homenajeadas.
Desde tiempos remotos, las Culturas han estado existiendo en la tierra para enseñarnos… Culturas que desaparecieron (o no) sin aparentemente dejar rastro, pero quienes creemos que la vida es algo más que un ahora, que es un pasado lleno de vivencias, que sirven para mejorar en el ahora, todo ese rastro que dejaron las Culturas, lo vemos como un tesoro.
Y uno de ellos, es la alfarería o cerámica.
Un arte que empezó como necesidad para almacenar cosechas, pero que poco a poco evolucionó, se originaron industrias cerámicas y asimismo, cerámicas con materiales nuevos para la adaptación a todos los espacios, como la fabricación de losas para revestimientos.
Y que esto está muy bien, porque tener, por ejemplo, un suelo de cerámica, es maravilloso… pero no nos quedemos solo en la idea de relacionar a la cerámica con un revestimiento. Ampliemos la mirada y valoremos la idea inicial de esta técnica de modelaje.
Vamos con la entrevista…
Entrevista a un ceramista
Bueno como he dicho antes, la entrevista es a mi tío José María y aunque su vinculación con la cerámica duró poco tiempo, y era pintor ceramista, he querido titular este post así
Bueno José María, dime, la cerámica es algo que te gustó desde niño?
No, fue una cosa que se cruzó en mi camino, a cierta edad… con… dieciséis o diecisiete años, por mediación del padre de un amigo que era profesor de la escuela de bellas artes, de dibujo y era el jefe de diseños de Cerámica La Corchuela y entonces yo en aquel momento, me acababa de quedar sin mi trabajo de administrativo en una oficina y me ofreció de irme a Cerámica La Corchuela, por si podía llevarle la contabilidad y todo el tema de la oficina.
Y una vez estando allí, vi que la pintura me gustaba y como el dibujo siempre se me había dado bien, pues empecé a hacer unas pruebas en mis ratos libres y demás, y entonces después ya me dediqué dentro de la propia Cerámica La Corchuela, a ser pintor ceramista.
En verano del año 76, entré en Cerámica La Corchuela.
Fíjate, qué historia más curiosa. Entonces, tú no tenías nociones de cerámica, allí aprendiste?
Sí, yo aprendí desde cero. Yo no sabía nada de cómo se hacía la cerámica, la veía por ahí… los dibujos me llamaban la atención, los retablos que veía de las iglesias, que son famosos aquí en Sevilla… pero no tenía ni idea de estilos, ni denominaciones, ni nada.
Todo lo aprendí, cuando entré a trabajar en La Corchuela.
Fíjate, entonces, en vez de llevar las cuentas, al final te dedicaste a hacer cerámica.
Si si si. Tenían previsto contratar un jefe de administración y cuando vino ese hombre, se quedó con todo el tema de contabilidad y el jefe de diseño vio que no se me daba mal, pues entonces pasé a ser uno más de los pintores ceramistas de Cerámica La Corchuela.
Y dime, los motivos que pintabas sobre cerámica, eran inspiraciones tuyas o eran patrones que te daban para pintar?
No, allí la producción estaba basada en unos diseños, que te daba el jefe responsable de los diseños y allí se trabajaba la cerámica típica sevillana, dijéramos que era la básica, la cacharrería básica de Cerámica la Corchuela, lo que se conoce en el mundo, que se suele ver por aquí, por las tiendas de cerámica de Sevilla, como la montería sevillana. Que es la típica casita, el conejito, el arbolito, el cazador, la cigüeña… el pajarito… eso es la típica montería Sevillana y después tenía ya unos diseños exclusivos nuestros, de cerámica ya de categoría, imitando a cerámica del siglo XVIII
Anda, fíjate.
Esta cerámica era exclusiva, éramos los únicos que las fabricábamos todo hecho a mano… todo lo que se hacía en esta fábrica era a mano. No se utilizaban máquinas para nada.
Las vasijas, las hacían los alfareros a mano… los murales, los retablos de cerámica en azulejos, eran en baldosas hechas a mano… y pintado todo a mano, nada de calcomanías, como utilizaban otras empresas… que sí, hacen un dibujo a mano, pero un único dibujo, después ese dibujo lo van plasmando en todas las piezas cerámicas con una calcomanía.
Pero claro, así salen todas las piezas iguales, lo tuyo en Cerámica La Corchuela, era más original, porque salía cada pieza de distinta forma del dibujo, es más artesanal.
Lo nuestro… tú pintabas cinco macetas, yo pintaba cinco macetas de montería sevillana, y cada una era distinta.
Claro.
Porque aunque los motivos se reprodujeron exactamente iguales… pintar el conejo a mano, una vez te sale más grande otra vez más pequeño.
Tiene más valor, obviamente. Eso es artesanía pura.
Si si
Entonces, aunque me has dicho que eran dibujos ordenados por la propia fábrica, tú no pintaste nada tuyo original?
Bueno, un diseño si es mío y de mi compañero.
Cuando se cerró la Cerámica La Corchuela, por circunstancias de la vida, montamos mi compañero ceramista y yo, Cerámica La Corza, en el barrio de La Corza en Sevilla; aquí montamos nuestro propio taller de cerámica y aquí sí hicimos un diseño nuestro nuevo, que era el escudo del parador de Carmona.
No me digas?
El escudo del parador de Carmona, lo hicimos en cerámica y le hacíamos nosotros la cerámica al parador de Carmona con su escudo, para que lo vendiera al turismo.
Qué bueno.
A parte de que ellos nos vendían nuestra propia cerámica de montería sevillana y la cerámica del siglo XVIII
Fíjate.
Esa era una tienda propia nuestra, dentro del parador de Carmona.
Qué curioso.
Y el escudo que ponía Parador de Carmona, ese diseño lo hicimos nosotros. El diseño lo hice yo y lo pintábamos mi compañero y yo.
De las cosas que me estoy enterando…
Y si os iba bien, por qué cada uno se fue por su camino? por qué cerrasteis vuestra fábrica de cerámica?.
Porque a mi me llamaron para hacer el servicio militar y mi compañero era una persona discapacitada y entonces, él solo no podía llevar todo el proceso.
Las vasijas las encargábamos a alfareros, que nos las hacían en Trigueros, en Huelva o en Lebrija, en fin… distintos alfareros que contratábamos y entonces, yo me desplazaba con el coche a recoger las vasijas hechas y mi compañero, no podía conducir… cargar el horno, tampoco podía cargar un horno que teníamos de un metro cúbico…
Claro.
El compañero, lo que hacía era que yo preparaba todas las vasijas y él las pintaba. El pintar, se le daba estupendamente, un gran pintor, pero el resto de todo el proceso que lleva desde que se empieza con la vasija en barro, que hay que meterla en el horno, cocerla, sacarla, bañarla en el vidriado, pintarla, volverla a meter en el horno para cocer… estar pendiente las 24 horas del homo, para que la cocción saliera perfecta, no podía el hombre… no podía.
Claro, claro.
Físicamente, no podía.
Necesitaba ayuda, claro.
Entonces, tuvimos el taller abierto unos meses después de yo entrar en el servicio militar, para poder cumplir con todas los pedidos que teníamos y hubo que decidir cerrarlo, puesto que yo no podía estar garantizando que iba a venir todas las semanas y en los fines de semana, poder hacer las cosas… era imposible.
Claro.
Y entonces, se decidió cerrar.
Ya.
Y bueno dime, lo primero que pintaste qué fue?.
Lo primero que pinté y que sigo teniendo fue una loseta de 14×28 aproximadamente es la medida rectangular, con una montería sevillana.
Esa se la regalé a mi novia, que hoy día es mi mujer y lo seguimos teniendo en casa.
Qué guay.
Esa fue la primera loseta que pinté, para ver qué tal me salían los colores… y… y ver un poquito… la distribución.
Ah, pues seguro te quedaría muy bonito (esa losa, después tiene la amabilidad de aportarla como foto para la entrevista).
Bueno, si… me quedó bien, pero cuando pintas en cerámica, no es igual que cuando pintas en un folio, que puedes rectificar los trazos… eso vale, vale y si no, tiras la losa y vuelves a empezar el proceso entero.
Y qué sentías al pintar alguna pieza?.
Yo… me encontraba muy agusto… y alguna que otra vez, he pensado igual me da aquí en mi casa hacerme de un horno pequeñito y ponerme a pintar…
Oye! Claro! Es un don que tienes, tienes que aprovecharlo.
Muy buena idea, yo te encargo algo.
(Creo que se sonríe, por teléfono es muy difícil de ver… pero yo sentí que se sonrió).
Qué es lo que más te gustaba hacer? o había algo que no te gustase?.
No, a mi me gustaba todo. No ponía pegas (excusas) no me chocaba, si un día me decían: José María, hay que pintar macetas… pues se pintaba macetas. O mañana hay que pintar jarrones… pintaba jarrones…
Claro, es que cuando te gusta, es una vocación, pues entonces, no cuesta.
Y dime otra cosa, te sentiste valorado mientras estabas en el mundo de la cerámica?.
Si si si porque además esa fábrica, era una cooperativa, y el 80% de la plantilla era personas discapacitadas, y entonces, los pocos que habíamos, vamos a decir, con movilidad normal, además de ser pintores, ayudábamos a quien lo necesitaba. Que había que cargar el horno, se echaba una mano a cargar el homo, yo le he ayudado a los alfareros a preparar las pellas de barro… yo trabajaba por todo el proceso, además como soy una persona muy extrovertida y me metía en todo, a mi me llamaban para todo.
Ya llegó el momento, que había que repartir cerámica y me decían: José María, coge la furgoneta, tú que tienes carnet y ve a entregar.
Fíjate.
Entonces, me gustaba mucho todo el proceso y me sentía valorado y reconfortado.
Estupendo y cuéntame ahora una anécdota.
Pues la mejor anécdota y el mayor logro, es cuando decidimos montar nuestro taller de cerámica, pues no teníamos ni un duro. No teníamos ni una peseta! pero lo montamos. El alquiler de la nave, pudimos pagarlo con unos ahorros que teníamos de la cacharrería (objetos de cerámica) que habíamos ido vendiendo. Pero lo más gracioso es que teníamos que comprar un horno de cerámica y claro, no teníamos dinero para comprarlo y conseguí tener el horno sin emplear un duro…
Si? Tampoco sabía yo esto.
Sí, porque la empresa fabricante de hornos, creyó en nuestro proyecto cerámico y nos dejó el horno, hasta que pudiéramos pagarlo… la pena fue de tener que quitar al poco tiempo el taller, por yo tener que ir al servicio militar y tenerlo que devolver, sin finalizar el proyecto.
Ya.
(Empieza a reírse, y me comenta lo siguiente).
Pero no sabes la odisea para llegar hasta la empresa de los hornos… En un Seat 600, de la época, nos perdimos, mi compañero y yo, por el centro de Madrid… en la glorieta de las pirámides… no fui capaz de encontrar la salida para salir del centro de Madrid para dirigirme al lugar de los hornos…
Cómo que se nos hizo de noche y tuvimos que dormir en el coche, porque no teníamos ni dinero para pagar un hotel… y mi compañero y yo, ninguno éramos pequeños de estatura, para dormir en ese estilo de coche! tuvimos que abrir las puertas para sacar las piernas!. Es que éramos muy jóvenes y en aquellos tiempos, no había ni GPS, ni nada…
Ya.
Y bueno ahora, un secreto que puedas contar?.
Bueno de secreto, decirte que la cerámica nuestra de La Corchuela, era en sí el propio secreto. Nosotros teníamos nuestro propio secreto.
Ajá.
Es que la calidad de nuestra cerámica, sobre todo la que hacíamos del siglo XVIII… de hecho muchos talleres de cerámica de la época, compraban piezas muestras para intentar copiarlas.
Anda qué bien.
Pero lógicamente, no conseguían sacar los mismos colores, ni el caché de la cerámica del siglo XVIII que nosotros sacábamos.
Yo tengo aquí en casa un mural de un portal de Belén…
Ah si?.
Sí.
(Este mural después lo adjunta como foto).
Pintado en tonos azules, claros y oscuros, con aguadas de azules, todo en azul y ese mural, en la época que yo me iba al servicio militar, que… que… sin un duro, cerrábamos el taller y no teníamos ni una peseta… un anticuario famoso que había en el barrio Santa Cruz, de Sevilla, que no recuerdo el nombre… llegó a ofrecerme 200.000 pesetas de aquellos años, que era un pastón, por el mural… pero no se lo vendí!.
Ah no?.
No. Porque ese mural, es el único que existe, no se volvió a reproducir.
Qué bueno.
Se empezó a meter en el catálogo para ofrecer a clientes y fue cuando se cerró la cooperativa de Cerámica La Corchuela.
Vaya.
Entonces, yo tengo en mi poder, ese y algunas piezas originales, únicas y exclusivas, que no se han llegado a reproducir y mi compañero ceramista, también tiene unas pocas.
Fíjate.
Es que mi compañero y yo, cuando montamos nuestro taller, dijimos de no fabricarlo hasta que alguien pagase su valor.
Es que una pieza de esas, vale su dinero…
Claro.
Incluso empresas de cerámica de la época, nos ofrecieron de que se la pintara a ellos y no quisimos y por aquello de respetar el sello distintivo, de la pincelada de Cerámica La Corchuela. Si lo hubiésemos pintado, sería para nosotros, para nuestro taller, pero no para la competencia.
Claro ya.
Venga, otra pregunta… yo te considero ceramista… y tú te lo consideras?.
Si si si, yo si me considero ceramista. Además, hace unos años, hará 5 ó 6 años, en una escuela de formación profesional, de aquí de Sevilla, que tenía un departamento que era de cerámica, le llevé al profesor que daba las clases, tres piezas básicas para que lo viese… ná, tres cacharritos que tengo en casa y se quedó alucinado… y dice: esto quién lo ha pintado? y digo, esto lo he pintado yo.
Y me ofreció que fuera a dar clases. Y me lo dijo un profesor de cerámica.
Fíjate.
Una de las piezas que le llevé, fue una jarrita que pintó mi compañero ceramista, que aún conservo.
Este compañero era el único capaz de pintar los jueguecitos de miniaturas… y cuando este profesor, vio lo que estaba metido ahí, en esa vasija… me dijo el profesor de cerámica: quillo, esto cómo lo habéis pintado?.
Y digo, esto lo ha pintado uno, que era especialista en pintar miniaturas.
(Después él también me aporta esta jarrita que menciona).
Bueno, otra pregunta… cambiarías tu trabajo actual por la cerámica?.
No, qué va, qué va… la cerámica me gusta, pero mi oficio, el que tengo… yo soy un enamorado de mi oficio y por eso siempre, incluso en casa, estoy liado haciendo cosas… Inventando cosas, porque por la situación de mi mujer, que está en silla de ruedas, siempre estoy inventando aparatos, para hacerle la vida más fácil.
Ya.
Tengo hecho una silla de ruedas bipedestadora, que no es como la de las ortopedias, ésta que he inventado yo se acciona sola con un mando a distancias sin necesidad de esfuerzo de la persona. Cuando yo la inventé no se accionaba con mando a distancia, la de las ortopedias.
Si.
Solo me bastó mirar cómo era la de la ortopedia, dibujarla en un cartón y hacerla. Tardé tres años en fabricar la silla y todo el que la ha visto, me la ha querido comprar.
Fíjate.
Incluso propietarios de ortopedia.
Fíjate.
Es que es una silla super ligera, que cabe en cualquier lado, entra por cualquier sitio y está hecha a medida… o la grúa que también le hice para la bañera de hidromasaje.
Dejar mi oficio… no, no, no.
Además, hoy la cerámica no está el mercado, para vivir de ella. Antiguamente estaba mejor valorada.
Pero ejemplo la cerámica de Cerámica La Corchuela, estaba extendida por todo el mundo, no porque fuéramos nosotros exportadores… en aquella época no existía este sistema de comercio electrónico, pero si teníamos la visión de exponerla en los sitios donde venía el turista.
Como te he dicho antes en el parador de Carmona, también había tienda de Cerámica La Corchuela en el parador de Badajoz, en Zafra, en el parador de Zafra también y aquí en Sevilla se vendía en una tienda que había en la avenida de la constitución, que se llamaba Arte España y también en una gran superficie muy conocida.
Y claro así todo turista que venía a Sevilla en esos lugares, acababa llevándose una pieza cerámica, y vendíamos bastante, eh?.
Pero ya las personas no compran tanta cerámica.
Ya, es que a las personas, les cuesta trabajo de valorar este tipo de arte.
Oye y algo que no te he preguntado, si no quieres decir a qué te dedicas, cuál es tu profesión, no pasa nada…
Si y a mucha honra… soy mecánico tornero ajustador. Y utilizo estos conocimientos, para aplicarlos en la electrónica y a la electricidad, para componer y fabricar aparatos complejos.
Estupendo.
Entonces, dime… piensas que la cerámica artesanal se ha perdido?.
Actualmente, me gusta cuando voy de paseo por el centro de la ciudad o cuando voy a otras ciudades que sé que han sido de tradición ceramista, pues veo el mercado más o menos cómo está… y aquí en Sevilla, que le voy siguiendo la pista, a los pequeños ceramistas que quedan, veo que han cambiado el sistema tradicional en el que se hacía cada pieza totalmente a mano y cada pieza tenía su propio diseño; han ido cambiando por tecnologías de serigrafía, calcomanías… hacen uno original a mano y a ese se le sacan unas clichés de fotografía y después eso se utiliza como si fuera una técnica de revelado de papel fotográfico adaptado a pintura de cerámica.
Incluso ya las piezas, no son hechas a mano, sino con moldes…
Ya.
Entonces, cuando yo veo eso para mí, la cerámica ha perdido valor. Ya no se ve la cerámica antigua.
Ya.
Yo veo en la calle una vasija y nada más verla, sin tocarla, ya sé si está hecha a máquina o a mano.
Ya.
Aquí en Sevilla, ponen la feria de las Naciones y ahí vienen muchos artesanos, ahí vienen verdaderos artesanos. Intentan vivir y subsistir, con la cerámica y hacen cosas guapísimas.
Si?.
Si si si si preciosas. Cosas que a mí me costaría saber cómo lo han hecho… tengo una idea… pero me cuesta.
Y ahí es donde me gusta ir y comprar. Porque estoy comprando cosas que están hechas a mano.
Claro.
Me gusta comprar ahí, porque sé que estoy ayudando a un artesano. Que son horas de trabajo, investigación y esfuerzo. De sacar de una cosa… bruta… hasta sacar la pieza… son muchas horas que esa persona ha echado ahí.
Entonces yo eso lo pago. Lo pago muy gustoso.
Claro, sabes valorar lo que hay.
Si si si.
Pero hoy en día la mayoría, compra un cacharro de cerámica grande por poco dinero.
Es que la sociedad nos hemos ido metiendo en la sociedad de consumo, de comprar mucho por poco.
Y claro, vivir de la cerámica que yo he conocido, que yo sé, que es la que me gusta hacer, pues es imposible. Porque un jarrón hecho a mano, por menos de 50 € no lo podría vender para… no hacerme rico… sino vivir.
Oye una duda que me surge… has probado tú a modelar?.
Empecé a aprender, pero eso requiere mucha práctica y muchas horas. Sabía cómo hacerlo, pero eso de levantar un jarrón, eso era imposible.
Bueno, eso seguro es que no le has dedicado mucho tiempo.
Claro, eso no se aprende ni en una hora ni en dos.
Bueno ya casi estamos terminando… qué consejo le darías a alguien que quiere empezar en la cerámica?.
Hombre, pues sobre todo, dejarse de mirar tutoriales para hacer cerámica tipo máquina y dedicarse a hacer un estudio de la cerámica artesanal, hecha a mano.
Aprender a hacer el barro, hoy día hay materiales e información suficiente para hacerse su propio horno, eléctrico o a gas. y no saldría muy caro. Si la persona es un poco manitas, claro.
Ya.
Y después, lo que es el pintado, comprarse los esmaltes, que se pueden conseguir hoy día por internet, con relativa facilidad. Y ponerse a pintar.
Ya uno después se va buscando distintas técnicas… hay una técnica que de esa técnica, yo estoy enamorado de ella, es la técnica a la grasa. Que esa técnica es con la que están pintados los retablos que están en las Iglesias de Sevilla.
Estas pinturas, parecen que son cuadros al óleo, sin serlo.
Eso nunca llegué a pintarlo. No tuve tiempo de probarlo. Eso sí que me ha enamorado siempre.
Pues mira nunca es tarde.
Sí, pero eso hay que pintar como “Federico Delgado Montiel”, al óleo.
Eso es una gozada de pintura. Y te queda una calidad en la cerámica… que ahí están los retablos en las iglesias.
Eso es una técnica inversa a la de las piezas de cerámica normales… por eso se consigue esa calidad… Pero eso lleva muchas horas de trabajo.
Ya me imagino.
Bueno y después de todo esto… qué es para ti la cerámica?.
Es una cosa que me gusta muchísimo, que como hobby, no me importaría pintarla, tocarla de nuevo, pero es una pena que es una cosa, que es nuestra de la tierra, y que se esté perdiendo porque… es que no ha habido posibilidades de que personas vayan aprendiendo directamente en los talleres de los antiguos ceramistas, para que no se pierdan las técnicas a mano… no hay donde aprender la técnica de la cerámica.
Bueno, José María, gracias por la entrevista… me ha gustado mucho realizarla… así te conozco (me rio) esta conversación en la familia, no se tiene, por lo menos los que están en el rango de mi edad, no lo conocíamos con tanto detalle. Espero que a quien le llegue esta entrevista, le ayude.
Me ha parecido súper amena. Gracias por tu amabilidad y generosidad para hacia los lectores de decoloryluz, que poco a poco van siendo más.
Y muchas gracias por la aportación fotográfica.
Un poquito de tu arte y el de Sevilla, llenó y se queda en decoloryluz

Esta fue la primera pieza cerámica pintada por José María.

Este mural es el que se menciona en la entrevista; la imagen está sacada de una postal navideña que recibió cerámica La Corchuela de un amigo francés. El mural está confeccionado sobre baldosa imitación antiguo y diferentes matices de tonos azules.

Estos dos cuadros en cerámica, son las pinturas llamadas del siglo XVIII sobre baldosa hecha a mano, imitan a imágenes del Patronato del Convento de Osuna.

Esta maravilla de plato, imita también la pintura del siglo XVIII también sacada la imagen y colorido, de las imágenes que están en el Convento de Osuna.

El jarrón de la izquierda, típico de la cerámica montería sevillana, pintado a mano por el entrevistado, José María.
El jarrón de la derecha, fue pintado por el compañero ceramista de José María; dicho jarrón tiene unas medidas de 8×4 cm y es una miniatura y también es cerámica montería sevillana. Una pieza tan pequeñita y no le falta ningún elemento decorativo típico de esta cerámica Sevillana.
El problema físico del compañero ceramista del entrevistado, no hacía sombra para desarrollar su potencial artístico.
Minusvalía, discapacidad… limitación? quien puso las etiquetas, se equivocó. Dejemos de etiquetar a las personas.
Una pequeña conclusión
Creo que ya está todo dicho… o quizás no.
Creo que a la alfarería le queda aún mucho por decir.
No vamos a perder artes ancestrales, porque todos, ojo, todos venimos de estas culturas antiguas.
Si perdemos todo lo antiguo, perderemos nuestra seña de identidad. Qué seña de identidad? pues la humanidad creativa e inteligente, que se buscó la vida para poder vivir en un mundo desconocido.
Quién no ha disfrutado viendo como un alfarero, da forma a una pieza, solo con barro y agua? a mi me impresiona.
Las cosas más bellas, nacen de las materias primas más asequibles… y una de ellas es el amor.
Y la alfarería tiene mucho de esto, aparte de arcilla.
Así que te animo a que adquieras, que compres una pieza de alfarería o cerámica y por supuesto hecha a mano, para llenar de vida tu vivienda.
Ponla en el rinconcito que más te guste, ya verás que lo llenarás más aún de color y luz.
Disfruta de las cosas sencillas de la vida, que están hechas con buenos sentimientos, esas cosas sencillas, son las que recordarás aunque pasen siglos…
Solo las cosas bien hechas, permanecen inalterables pase lo que pase.